“Mi Departamento en Los Cedros. Un Sueño Hecho Realidad”.
He comprado un departamento en los Cedros que acabo de reformar y con el cual estoy muy orgullosa. Es amplio, luminoso, bien ubicado, cerca de mi trabajo y sé que he hecho toda una inversión.
Nunca pensé encontrar esta oportunidad y que mi vida diera un vuelco en menos de 6 meses. Ahora me encuentro feliz, satisfecha y más segura de mi misma. ¿Por qué? Porque recurrí a una empresa que en otras circunstancia no me hubiera atrevido.
Mi agente inmobiliario sabía que estaba buscado un departamento cerca del Hospital Regional de Trujillo donde trabajo, y me llamó hace 6 meses para darme la noticia.
“Olga, nos acaba de entrar un departamento en Los Cedros que tienes que ver. A ser posible hoy mismo”.
Esta prontitud me generó curiosidad y expectación, pues según el agente inmobiliario era una oportunidad que no podía dejar pasar.
Cuando visité el departamento, me enamoré inmediatamente de él. ¡Lo bien que quedaría el departamento con una buena reforma! ¡El potencial era enorme! Realmente era una oportunidad. Sin embargo había varios problemas que necesitaban resolverse inmediatamente o seguro que lo perdería.
Mi Departamento en Los Cedros: Los Problemas.
El departamento tenía unos 15 años y necesitaba reformas. Bastantes reformas. Había estado desocupado por varios años y se notaba el abandono. Pero sí; era una gran oportunidad, porque era luminoso, amplio y con unas vistas estupendas. El primer problema estaba en el precio.
Una vez dejamos el departamento en Los Cedros, el agente inmobiliario y yo nos sentamos en un café cercano a hacer los números. Con mis ahorros y mi trabajo, podía pedir una hipoteca de un 60% del precio de venta, pero luego quedaba la reforma y amueblar el departamento. ¿Cómo podría conseguirlo?
Primero debíamos convencer al propietario para bajar un poco el precio; segundo conseguir un constructor que no me cobrara demasiado por la reforma, tercero visitar a los bancos para conseguir un crédito hipotecario. ¡Ah! Y luego estaba conseguir la autorización para hacer la reforma. ¡Otro gasto!
Aunque estaba contenta por la posible futura compra de este departamento en Los Cedros, también me sentía nerviosa y consciente de que si compraba este departamento me esperaban algunos años sin vacaciones y ahorrando al máximo. Sin embargo el esfuerzo iba a merecer la pena.
Mi Departamento en Los Cedros: La Primera Batalla.
Tardamos 2 semanas la inmobiliaria y yo en convencer al propietario para que bajare el precio. No era una cuestión de regateo; sino de negociación. El propietario no había tenido en cuenta que este departamento en Los Cedros necesitaba una buena reforma y eso costaba dinero en reforma, en permisos y en otros gastos. Además, no todo el mundo quiere comprar un departamento que necesitara reformas, teniendo en cuenta la cantidad de nuevos departamentos que había, por ejemplo en la zona de San Andrés.
El agente inmobiliario me ayudó a convencer al propietario indicando que la demanda por departamentos con reforma no era grande en Trujillo, aunque su precio fuera inferior a los departamentos nuevos. Pocas personas estarían dispuestas a comenzar una reforma y conseguir que los gastos no se incrementaran durante la reforma.
Al final el propietario redujo un poco el precio y todos salimos ganando. Ya teníamos una batalla ganada. Ahora por la siguiente.
Mi Departamento en Los Cedros: La Segunda Batalla.
El próximo paso fue contactar con un pequeño constructor para que nos indicara aproximadamente el costo de la reforma de este departamento en Los Cedros. Al mismo tiempo traje un arquitecto para que comprobara el estado del departamento y me hiciera una valoración. No tenía por qué preocuparme, el departamento estaba en buen estado.
Ya tenía un precio aproximado del costo de la reforma y la segunda batalla ya estaba ganada. Pero iban pasando los días y yo rezando para que nadie se interesara por el este departamento en Los Cedros. ¡Vamos a por la tercera batalla!: encontrar un crédito hipotecario.
Mi Departamento en Los Cedros: La Tercera Batalla.
La verdad es que encontrar un préstamo hipotecario fue más fácil de lo que pensaba. Visité 3 bancos y uno de ellos, me ofreció un crédito hipotecario de “Mejora de Propiedad” del 80% del precio del departamento en Los Cedros.
Este 80% junto con mis ahorros me permitía comprar el departamento, reformarlo y amueblarlo inicialmente. Además la tramitación del crédito fue rápida y sencilla gracias a los consejos que me dio Christopher el agente inmobiliario
¡Ya tenía la tercera batalla ganada! Por tanto no esperé más y le hice un depósito al propietario para reservar el departamento. El departamento en los Cedros ya era mío. Tras 3 semanas de nerviosismo, carreras y noches sin dormir muy bien. Me había enamorado de este departamento en Los Cedros y veía claramente que era una inversión segura. Tras la reforma, el departamento valdría mucho más. Esa noche por fin dormí tranquila.
Me involucré mucho en la reforma y todo salió más o menos bien en presupuesto y en la fecha prevista. Luis Enrique el constructor se portó muy bien conmigo e hizo un buen trabajo. Algo que agradecí invitando a él, a su familia y a su equipo de trabajo a un Almuerzo.
Mi Departamento en Los Cedros. Llego el Momento de Reír y de Llorar.
Debo decir que cuando visité mi departamento al día siguiente ya reformado y sin ningún mueble, ni siquiera en la cocina, me eché a llorar de alegría. Había conseguido mi sueño.
Había llegado el momento de amueblar este departamento en Los Cedros y aunque era amplio no me preocupaba. Estaba dispuesta a disfrutar el comprar cada mueble, cada cuadro, cada cortina, cada mesa, cada lámpara… de MI DEPARTAMENTO. Me lo iba a tomar con calma y amueblarlo poco a poco durante meses. Ahora lo que necesitaba era una cama y comenzar a amueblar la cocina.
Mis amigas, que se reunieron para visitan juntas mi departamento en Los Cedros, me dijeron con una envidia sana que estaban asombradas de lo que había conseguido. Sentadas todas en el suelo, (no tenía suficientes sillas y la mesa no la había comprado todavía), les relaté la historia de cómo había llegado hasta aquí. Me llamaron valiente, inteligente, mujer práctica… y por supuesto planificamos entre risas y botellas de vino la primera fiesta para inaugurar mi departamento.
Me siento feliz, me siento contenta, me siento segura y me lo merezco. He sido capaz de aprovechar una buena oportunidad, de trabajar para que esa oportunidad se materializara y de ser valiente para enfrentarme a algo que en principio me atemorizaba.
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